Cada 12 de octubre, los pueblos originarios tienen una batalla simbólica. Esta vez, la resignificación del Día del Respeto a la Diversidad Cultural ubica el eje en las vulneraciones sistemáticas de derechos que todavía padecen.
Octubre Marrón es una de estas propuestas de resignificación. El programa de actividades que ideó el colectivo Identidad Marrón tiene el horizonte en “visibilizar el racismo estructural”.
Integrantes de esta agrupación se identifican con el término “Los marrones”. El grupo lucha contra el sistema de exclusiones de base étnica que se aplica desde tiempos coloniales contra su comunidad, compuesta por descendientes visibles de campesinos indígenas.
El 12 de octubre es una fecha particular de actividades. La apuesta es transformar el genocidio americano, mal llamado “Descubrimiento de América”, en un evento anual de conmemoración y de celebración de las resistencias de las comunidades indígenas y de sus descendencias.
El logo del evento de la difusión es una reinterpretación del rostro del dios mochica Ai Apaec en color oro, pero con una gorra con la visera hacia atrás en la cabeza.
Esta organización de activistas busca “interpelar los lugares” que históricamente les han sido asignados “social y culturalmente” a los pueblos originarios. La apuesta también es destacar “aquello que la colonización quiso destruir y borrar, pero sigue vivo en este presente”, en la generación actual y en las venideras.
Télam dialogó con la directora teatral e integrante de Identidad Marrón Daniela Ruiz, quien señaló: "Cuando era pequeña aprendí, allá en mi escuelita de Salta, que la civilización llegaba en los barcos. Mientras, miraba las películas de cowboy donde los indios malos mataban a las pobres personas blancas que llegaban a las tierras americanas en caravanas”.
La enseñanza fue "que los indígenas eran salvajes inhumanos, personas malas y sin cultura". Nadie se animó a decir una verdad. El racismo, el colonialismo y el eurocentrismo son doctrinas. Criminalizar a los pueblos originarios es adoctrinamiento.