Si eres amante de lo salado como yo, estos bocaditos deliciosos no pueden faltar en tu mesa. Hoy te traemos una receta que se prepara en un abrir y cerrar de ojos, para que puedas disfrutar de scones calentitos, llenos de queso y súper esponjosos en cualquier momento.
Invita a tus amigos a casa, ¡ponete la 10 y sorpréndelos con esta delicia! A continuación, te dejamos los ingredientes y el paso a paso detallado de la receta para que los hagas en tu cocina.
Ingredientes
100 gr de queso
250 gr de harina leudante
100 gr de manteca fría
Cebolla de verdeo (opcional)
100 ml de leche
100 ml de crema de leche
Modo de preparación
El primer paso: Rallar el queso, ¡el ingrediente más importante! Puedes combinar varios quesos como pategrás y parmesano o simplemente usar un queso en hebras ya listo.
Mezclar la manteca y la harina: Cortamos la manteca bien fría en cubos pequeños y la mezclamos con la harina y la sal, desmenuzándola con la yema de los dedos hasta formar un arenado.
Agregar el queso y líquidos: Cuando tengamos listo el arenado, añadimos el queso rallado, la leche, la crema y, si quieres, un poco de cebolla de verdeo picada para darle un toque de sabor.
Formar la masa: Integramos todo hasta obtener una masa homogénea y un poco pegajosa. La pasamos a una mesada enharinada, espolvoreamos con más harina y cortamos los scones bien grandes.
Cortar y preparar para el horno: En este caso, cortamos 6 porciones cuadradas, pero puedes hacerlo a gusto. Luego, los colocamos sobre una placa para horno y los pincelamos con leche.
Enfriar y hornear: Antes de cocinarlos, llevamos los scones al freezer por 15 minutos y luego al horno a 200°C por otros 15 minutos.
¡Cuando salgan bien doraditos y calentitos, podremos disfrutarlos con unos buenos mates! Como habrás notado, ¡es una receta muy fácil y súper rica!