Halloween no es solo calabazas y disfraces. Es también una oportunidad para sumergirse en el terror cinematográfico, ese que nos hace saltar del sillón, reír nerviosos y mirar de reojo la oscuridad. Para este fin de semana largo, proponemos cinco películas que combinan susto, tensión y belleza visual. Algunas son clásicos eternos, otras son apuestas recientes que ya se ganaron su lugar en el altar del miedo.
Hereditary (2018) Dirigida por Ari Aster, esta obra maestra del horror psicológico nos lleva al corazón de una familia marcada por secretos y presencias oscuras. Toni Collette ofrece una actuación desgarradora, y la atmósfera es tan densa que se puede cortar con cuchillo. Ideal para una noche de silencio absoluto y luces apagadas.
Talk to Me (2023) Una de las sorpresas del año. Esta producción australiana juega con el concepto de posesión y redes sociales, creando una experiencia inquietante y moderna. La tensión no da respiro, y el final deja una huella emocional. Perfecta para ver con amigos y debatir después.
El Conjuro (2013) James Wan revitalizó el género con esta historia basada en hechos reales. La pareja Warren investiga una casa maldita, y lo que sigue es una clase magistral de sustos bien diseñados. Si nunca la viste, este es el momento. Si ya la viste, sabés que siempre funciona.
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Halloween (1978) El clásico de John Carpenter que dio origen a la saga de Michael Myers. Minimalista, tensa y con una banda sonora inolvidable. Verla en Halloween es casi un acto ceremonial. Jamie Lee Curtis brilla como la scream queen original.
Barbarian (2022) Una propuesta reciente que juega con las expectativas y las revienta. Lo que parece una historia de alquiler compartido se convierte en una pesadilla subterránea. Ideal para quienes buscan algo distinto, con giros narrativos y una estética perturbadora.
Tres noches, cinco películas, una sola consigna: disfrutar el miedo como experiencia compartida. Porque en Halloween, los sustos también pueden ser abrazos. Y el cine, como siempre, es el mejor refugio.