Si bien se reconoce al durazno como una fruta, su versatilidad a la hora de la gastronomía es bastante amplia, lo cual se vuelve en un ingrediente predilecto para muchas recetas.
Pero hoy no vamos a mostrarte las diversas formas de consumir el durazno, sino más bien te enseñaremos a tener tu propia planta buscando combinar tus cualidades culinarias con el gusto por la jardinería.
Pero antes, vamos a dejar en claro cuales son los beneficios de esta fruta, dado que la salud también es un factor importante a la hora de elegir nuestros alimentos.
El durazno es rico en nutrientes y antioxidantes los cuales ayudan a prevenir el daño causado por los conocidos radicales libres, sumado a sus altos niveles de vitamina A.
Con esta breve información será más que suficiente para poner manos en la tierra y con un simple procedimiento, podrás cultivar tus propios duraznos en macetas y combinarlos con recetas dulces o saladas para explotar la máximo todo su potencial gastronómico.
Materiales
Semillas de durazno (se pueden extraer directamente de la fruta).
Maceta.
Abono orgánico.
Procedimiento
Para comenzar, lo primero será remojar las semillas con el fin de eliminar cualquier resto de fruta. Una vez limpias, las colocamos en una bolsa hermética o con cierre fácil, las remojamos en agua y luego descartamos el líquido.
Una vez que tengamos solo las semillas en la bolsa, habrá que llevarlas a la heladera a una temperatura de 5º por seis semanas. Si bien es un tiempo amplio, lo cierto es que podrás notar como comienza el proceso de germinación.
Al llegar a este puno, lo próximo es ir directamente ala tierra. Las semillas ya germinadas se colocan en la maceta, las cubrimos con tierra y comenzamos a regar. Es importante que el sustrato se mantenga húmedo, pero no hacerlo en abundancia dado que pondrías poner en juego la vida de tu planta.
Si realizaste todos los pasos correctamente, no pasarán muchos días hasta que comiences a ver los primeros brotes. De ahí en adelante, el proceso es conocido: solo, agua y a disfrutar de tus propios duraznos cultivados en tu propia casa.