La transformación constante del destino, danzando como en un vals, nos envuelve en perfecta armonía y precisión. La iluminación de Confucio, a través de su oráculo el I Ching, nos ayuda a comprender y predecir el devenir en cada jornada de los 12 animales ancestrales de la astrología china.
Consulta tu signo del horóscopo chino: Rata, Buey, Tigre, Conejo, Dragón, Serpiente, Caballo, Cabra, Mono, Gallo, Perro, Cerdo.
Rata (Años: 2020, 2008, 1996, 1984, 1972, 1960).
Las circunstancias muestran que las fuerzas hostiles, favorecida por el tiempo, se han adelantado, y por tanto solo cabe la responsable retirada, para conservar el logro y evitar la humillación. La retirada también requiere planificación.
Buey (Años: 2021, 2009, 1997, 1985, 1973, 1961)
Gracias al ahorro queda uno preparado para épocas de necesidad. La ahorratividad mediante firmes restricciones a los gastos o recursos, colabora para conservar los bienes y no verse perjudicado. Debe uno proceder con mesura, evitando excesos. Dentro de la restricción misma también debe haber barreras, para no exagerar el sufrimiento.
Tigre (Años: 2022, 2010, 1998, 1986, 1974, 1962)
La conmoción puede generar miedo, sin embargo, ello no tiene porque ser negativo, sino que algo bueno puede surgir como su efecto: la alegría y el regocijo. Aun cuando el trueno se enfurece aterrando a millas a la redonda, debe uno permanecer interiormente sereno para eludir el influjo externo.
Conejo (Años: 2023, 2011, 1999, 1987, 1975, 1963)
Es una época de desintegración donde no resulta favorable emprender en estas circunstancias. No se trata de sus condiciones, sino de las condiciones temporales, por las leyes naturales, por tanto, el consejo es de resignarse, de adaptarse y mantenerse quieto.
Dragón (Años: 2024, 2012, 2000, 1988, 1976, 1964)
El ascenso no debe ser violento, sino modesto y dócil. Hay que movilizarse e ir en busca de las personas que deciden, sin temor, pues el éxito es oportuno. La madera en la tierra crece sin prisa pero sin pausa, doblándose dócilmente para eludir los obstáculos.
Serpiente (Años: 2025, 2013, 2001, 1989, 1977, 1965)
Solo cuando se está a la altura de lo que es esencian en lo creativo, puede la naturaleza realizar aquello a lo que incita, y dar así origen a la prosperidad de todo lo viviente. Lo creativo implica engendrar, para luego parir a partir de lo receptivo.
Caballo (Años: 2026, 2014, 2002, 1990, 1978, 1966)
Cuando hay una tarea que propone reunir fuerzas divergentes, promete éxito. Es preciso proceder con suma cautela, no arremeter con audacia, para evitar la caída. Permanecer en perseverancia trae ventura.
Cabra (Años: 2027, 2015, 2003, 1991, 1979, 1967)
Se elude a un tiempo de esperanzado progreso, debe hallarse la alegría para asegurar el éxito. Lo único que hace falta es la realización de una labor resuelta y tesonera capaz de aprovechar los favores del tiempo.
Mono (Años: 2028, 2016, 2004, 1992, 1980, 1968)
El mejor consejo es el que se da uno mismo, y ello ocurre tras la contemplación, y decidir sobre progreso o retroceso. A través del resquicio de la puerta se tiene una visión restringida, subjetivamente limitado. La contemplación adentrada es el modo de superar el egoísmo, y llega la reflexión, luego la objetividad.
Gallo (Años: 2029, 2017, 2005, 1993, 1981, 1969)
La solidaridad es venturosa, requiere elevación, duración y perseverancia. Así como el agua penetra y humedece la tierra, es preciso estimularse mutuamente mediante una solidaria adhesión. Es preciso no dejarse arrastrar por una falsa familiaridad.
Perro (Años: 2030, 2018, 2006, 1994, 1982, 1970)
Es necesario un recíproco acudir al encuentro entre los principios predestinados el uno para con el otro, dependientes entre sí, permaneciendo libre de intenciones impuras, para no engendrar el mal.
Cerdo (Años: 2031, 2019, 2007, 1995, 1983, 1971)
El mejor consejo es el que se da uno mismo, y ello ocurre tras la contemplación, y decidir sobre progreso o retroceso. A través del resquicio de la puerta se tiene una visión restringida, subjetivamente limitado. La contemplación adentrada es el modo de superar el egoísmo, y llega la reflexión, luego la objetividad.
“Es sumamente difícil aquietar el corazón. Mientras que el budismo aspira a la quietud mediante un desvanecimiento paulatino de todo movimiento en el nirvana, el punto de vista del Libro de las Mutaciones sostiene que la quietud es tan sólo un estado de polaridad que siempre tiene por complemento el movimiento”. Ken (El Aquietamiento). (Fuente: I I´Ching).
Regrese mañana, para poder guiarlo con su nuevo horóscopo chino.