Roger Federer siempre tuvo buen instinto. Y no solo en la cancha. En 2019, cuando aún competía en el circuito ATP, decidió invertir en una pequeña marca suiza de zapatillas llamada ON Running, fundada en 2010 por tres amigos —entre ellos el triatleta Olivier Bernhard— que querían revolucionar la sensación de correr. Lo que comenzó como un prototipo “Frankenstein” hecho con mangueras pegadas a una suela, se convirtió en una empresa que hoy pisa fuerte en el mercado global.
La llegada de Federer fue más que simbólica. No solo aportó capital, sino también ideas de diseño, estrategia de expansión y presencia mediática. Participó en el desarrollo de dos líneas de calzado, y su imagen elegante y deportiva ayudó a posicionar a ON como una marca premium, innovadora y diferente. En plena pandemia, las ventas crecieron un 50% en 2020 y un 80% en 2021, impulsadas por el boom del running y la búsqueda de comodidad.
Hoy, ON tiene presencia en más de 60 países, incluyendo Argentina desde marzo de 2023, y cotiza en bolsa. Su lema “productos creados por atletas, para atletas” refleja una filosofía que combina tecnología suiza, diseño disruptivo y experiencia real. Las zapatillas ON se destacan por su suela con orificios, que ofrece aterrizajes suaves y despegues potentes, y por su estética minimalista que seduce tanto a corredores como a usuarios urbanos.
Federer, con un patrimonio estimado en US$ 1.100 millones, también invierte en Team8, una agencia de talentos deportivos, y en NotCo, una start-up de nutrición vegetal. Pero ON es su apuesta más fuerte, y la que mejor refleja su estilo: elegante, eficiente, silenciosa y ganadora.
Te podría interesar
Roger Federer ya no juega Grand Slams, pero sigue ganando. Y ON es su nueva cancha. Una marca que corre con él, pero también con millones de personas que buscan algo más que una zapatilla: buscan una experiencia.