A esta altura del año, River Plate debería estar asegurando su lugar en la Copa Libertadores 2026. Pero el fútbol argentino, impredecible y exigente, le plantea un escenario complejo. Tras cuatro derrotas consecutivas en el Torneo Clausura, el equipo de Marcelo Gallardo quedó con 49 puntos en la tabla anual, apenas uno por debajo de Boca y siete menos que Rosario Central, líder parcial.
La tabla anual otorga tres cupos directos a la Libertadores para los mejores equipos del año, además de los campeones del Apertura, Clausura y Copa Argentina. River no ganó ninguno de esos torneos, y su posición actual lo deja en el tercer puesto, pero con riesgo real de ser superado por equipos como Argentinos Juniors (48 puntos) y Deportivo Riestra (47), que aún deben disputar partidos clave.
Los escenarios posibles para River son:
Clasificación directa por tabla anual: necesita mantenerse entre los tres primeros. Para eso, debe sumar en los cinco partidos restantes del Clausura y esperar que sus perseguidores no lo superen.
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Clasificación como campeón del Clausura: aún tiene chances matemáticas, pero debe ganar todos sus partidos y esperar resultados ajenos.
Clasificación como campeón de la Copa Argentina: es el camino más directo si no logra sostenerse en la tabla. El título otorga boleto directo a la fase de grupos de la Libertadores 2026.
Quedar fuera de la Libertadores: si no logra ninguno de los anteriores, River podría caer a zona de Copa Sudamericana, lo que sería un golpe duro para su proyecto deportivo y económico.
La situación es difícil de imaginar para un club que invirtió fuerte en refuerzos, que tiene uno de los presupuestos más altos del país y que cuenta con figuras de nivel. Pero el fútbol no perdona rachas, y River necesita reaccionar.
River Plate no está eliminado, pero está en alerta. Y si quiere evitar un 2026 sin Libertadores, deberá recuperar su identidad, su juego y su convicción. Porque en el fútbol argentino, los márgenes son finos y los errores se pagan con ausencia.